Incertidumbre e irritación

Padecemos violencia e inseguridad y no lo pensamos como política pública, más aun eludimos contexto y educación en su entraña. Lo dejamos como cosas de policías. El pasado siglo nos diolaúltima etapa de las certezas. La velocidad de la luz nos ha dejado perplejos ante la realidad, por un lado la realidad que aprendimos por siglos y por otro la realidad virtual, hacerlas convivir es el reto.Encendemos una pantalla y no sabemos si se estáerigiendo odesmantelando la realidad. Como serpiente amenazante las imágenes nos interpelan en lenguajes binarios, colorimétricos, códigos lógicos, puntos luminosos hechos imágenes. Un ejemplo de este debate es el movimiento digital que desde el control remoto,busca dónde quedarse. En esas obsesiones se produce un caos de acontecimientos virtuales que quedan archivados enuna superación instantánea de la propia memoria.

Enfrentamiento epistémico, ¿dónde quedó la verdad?, ¿qué pasó con los absolutos?,¿cómo es la realidad, dónde quedaron los valores?… durante siglos las respuestas se encontraron entre las cosas y el pensamiento, la verdad salía a relucir de entre la maleza de cada escuela de pensamiento para alcanzar la (buscada) verdad en la relación Sujeto-Objeto. Esa (creo) era la sensatez que no ponía en duda la realidad colindante. Todo ello se traducía en certeza.

El mundo cambia, se democratizaron los acontecimientos, se pluralizaron las opiniones y versiones, todo se ha impuesto sobre las respuestas y sus cercanías. La realidad está examinada por todos, interpretaciones y concepciones diversas que nos cierran el paso a cada instante. La rapidez se hizo cargo del acontecimiento, abrevamos versiones inimaginables de voces, puntos de vista, perspectivas, proyectos, imágenes, pornografía de la realidad.Fue secuestrado el entendimiento por la incertidumbre. Está en crisis la verdad objetiva, las formas escolásticas, la sangrienta nemotecnia, el inconmovible conocimiento factico. Las promesas de la modernidad, progreso, comodidad, éxito, mercado, felicidad, apegos… como fundamento racional en crisis explican el mundo. Qué es la realidad o mejor expresado para quiénes es la realidad.Sujeto y objeto se abrazan en matrimonio por bienes separados pero se diseñan recíprocamente, solo que hoy en la época de la velocidad de la luz en su revolución impostergable la consecuencia es que la verdad se presenta como un acuerdo provisional, una aproximación, un consenso permanente y cambiante.

La exigencia de que el sujeto llegue al inconsciente inexplorado se produce en un ambiente de caos e incertidumbre. El caos es condición natural, ha sido incluso mencionado por los estudiosos como principio constituyente del cosmos. El caos es objeto de la ciencia, su misión es poner orden, establecerlo como un principio, nunca la ciencia se propuso una fiesta de la destrucción, a pesar que humanos hicieron la guerra y decretaron la muerte de inocentes.Setrata de re-encontrarse cada instante con caos y orden, ambos tienen una razón ontológica.

Es preciso inventar una pedagogía que explique cómo y para qué la unión de realidad consistente y realidad virtual. Desarrollar un pensamiento que las una, que entienda e interprete lo diverso, que re-conozca lo uno paradescifrar las interdependencias. El reloj de la nueva época a la velocidad de 300,000 kilómetros por segundo demanda un pensamiento de dimensiones múltiples. En esta era del imperio de las tecnologías de la información y la comunicación es menester un pensamiento sistémico que codifique y de-codifique un nuevo lenguaje, nuevas narrativas, nuevas relaciones conceptuales, nuevas definiciones, Víctor Hugo dijo con razón: “… Dios hizo de la palabra la bestia de la idea”. Es tiempo de una nueva convivencia educativa que diseñe los valores que requerimos en la coexistencia con el mundo natural y social. Para ello es preciso detonar un diálogo que consense con la incertidumbre, que de tranquilidad a la irritación colectiva, una gnoseología que irrumpa de manera violenta la comodidad de la lógica. Los lenguajes cibernéticos nos están diciendo que las proposiciones contrarias pueden ser complementarias. Requieren un enfrentamiento con la lógica y con la sensualidad, realicen un desafío con la lingüística y con la complejidad de lo real. Es la hora del conocimiento sin ambigüedades, un saber que cancele incertidumbres, es el momento de nuevas ciencias meta-lógicas que hospeden la racionalidad abierta, habida cuenta que esa realidad siempre será inacabada, otras veces inventada, siempre en la línea de fuego del entendimiento, custodia de las fronteras de lo real consistente yreal virtual.

La falta de certezas las produce un pensamiento débil, fragmentado, inacabado, es necesario enfrentar con certidumbre las controversias y los cambios. La incertidumbre es producto de la inseguridad que otorga la mala educación, la anemia cultural, la bulimia de valores. Es preciso reivindicar nuestra intimidad, saber vivir la libertad, eliminar las culpas, enterrar los miedos, construir la legitimidad ética del siglo XXI. Una estrategia sin municiones contra la incertidumbre, la inseguridad, la violencia sociales.

Por: Ignacio Ruelas Olvera

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